Ser mujer es un factor de riesgo en Colombia

Desde 2013 a septiembre pasado, se han presentado 6.013 feminicidios, 253.678 casos de violencia interpersonal, 110.098 exámenes médico -legales por presunto delito sexual y 331.486 casos de violencia intrafamiliar, según cifras de Medicina Legal. ¿Cómo a nivel local podemos construir una ciudad segura para nuestras mujeres?

En nuestra memoria todavía están  Nancy Gelvez Padilla, quien apareció asesinada y sepultada en una vivienda de nuestra ciudad en marzo del presente año, a pesar de que estaba reportada como desaparecida desde el 1 de noviembre del año pasado. Y el crimen de Anyeli Amaya Velásquez, perpetrado en una residencia del barrio San Nicolás este año a manos de su pareja.

El  25 de noviembre se celebra el día de la erradicación de las violencias hacia la mujer, pero el país todavía no parece entender la profundidad del fenómeno. Más del 50% de nuestra población son de género femenino y las inequidades sociales que de ello se desprenden, las hacen presa de la violencia machista que se perpetúa culturalmente en nuestra sociedad. La política pública que proponemos en materia de género tiene tres elementos: educación para la prevención, reducción de las inequidades económicas y acompañamiento a las víctimas.

La batalla cultural contra la violencia machista la ganamos cuando, desde las escuelas, buscamos las estrategias pedagógicas para que nuestra niñez sepa alertar las conductas abusivas. Además, si proponemos desde las aulas una perspectiva de género que no premie las conductas violentas en los hombres y pasivas en las mujeres.

Como sociedad, debemos exaltar a las mujeres en los roles más diversos posibles donde puedan, a la par de los varones, relucir académica, deportiva y profesionalmente.  Es deber del Estado buscar la paridad en los cargos públicos y reducir las brechas salariales. De igual manera, tejer estrategias de acompañamiento a las víctimas sin revictimizar y operando oportunamente ante cualquier llamado de alerta.

En 2015 y 2016, los feminicidios a nivel nacional estuvieron por encima de 970 casos; en 2017 escaló a 1.002 registros y en 2018, hasta septiembre, se reportan 722 muertes, 80 de ellos en menores. Entre los agresores, un 27 % eran la pareja o expareja. Lo cual demuestra que es necesario concebir formas de afectividad que vayan más allá de la posesión y permitan ver al otro como un ser autónomo.  Ningún niño nace machista. Son prácticas que se aprenden y se legitiman culturalmente.

Según estas cifras, el Instituto de Medicina Legal practicó 110.098 exámenes por abuso sexual, de los cuales 15.910 fueron en menores de edad. Las cifras muestran un aumento. En 2013 hubo 17.512 casos; en 2014 pasó a 17.966; en 2015 se registraron 18.876 casos; en 2016 hubo 18.257 y en 2017 pasó a 20.419 registros. ¿Acaso estas cifras no merecen una reflexión sobre el riesgo de ser mujer en nuestro país? Ante el feminicidio y las violencias hacia las mujeres, decimos: ¡Ni una más!