GRITO DE INDEPENDENCIA
A 211 años del grito de independencia, aún se escuchan voces que reclaman libertad y justicia. La protesta de los últimos meses en nuestro país, ha evidenciado las múltiples necesidades que tiene el pueblo colombiano, la frustrada reforma tributaria, fue el nuevo Florero de Llorente, que generó la chispa de la actual crisis social que afronta la Nación. La falta de oportunidades para los jóvenes y un verdadero auxilio para los más pobres, siguen siendo una deuda histórica del Estado.
Desconocer los reclamos legítimos de quienes han salido a las calles a manifestarse, es una insensatez; claro está que no avalamos de ninguna manera los bloqueos de vías, la incineración de inmuebles públicos y privados y demás actos que alteren el orden público, ya que lo entendemos como una contradicción. No se puede exigir derechos, vulnerando los de los demás.
Siempre le hemos apostado al diálogo como la única salida a esta crisis, es por eso que establecimos una mesa municipal con los líderes de la protesta, para buscarle una solución a los problemas que se generan en el territorio. Con gran satisfacción encontramos que la mayoría de las peticiones que elevaron los manifestantes, están consagradas en el Plan de Desarrollo de nuestro gobierno, el Plan de Desarrollo más participativo y de cara a la gente en la historia de Cartago, el cual fue construido a través múltiples pactos y encuentros sociales el buen vivir.
Nos ha correspondido orientar los destinos de nuestro amado municipio en una de las épocas más difíciles para la humanidad y para Colombia, pero no nos detendremos en nuestra intención de seguir trabajando para ver cada vez mejor a Cartago. Desinformar a la opinión pública es la estrategia política de quienes han querido llegar al primer cargo público del municipio y no han podido, pero eso no nos agobia de ninguna manera, grandes proyectos de transformación social y urbana están próximos a iniciarse, seguiremos atendiendo las necesidades más sentidas de las comunidades vulnerables y no descansaremos hasta que cambiemos en el imaginario colectivo de propios y turistas, la vieja frase con la que se referían a nuestra ciudad, y para que en adelante nos llamen “Grande y linda como Cartago”.