Cartago por la vía segura

Cartago por la vía segura

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La presente administración de Carlos Andrés Londoño, le ha cambiado la cara a la política de la ciudad también en materia vial. Sin duda, Cartago se ve diferente y quienes la visitan después de muchos años se encuentran con una ciudad que permite una conectividad vial renovada. Las obras de pavimentación de la doble calzada a Santa Ana, la carrera 5ta y el Parque de Bolívar dan cuenta de ello.

Aunque Cartago redujo un 52% las muertes por accidentes de tránsito el año pasado, pasando de 33 a 16, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Los accidentes de tránsito involucraron a 55 peatones, 66 bicicletas, 790 motocicletas y 736 automóviles en 2017. Sin embargo, las cifras de este año podrían ser mayores. ¿Qué nos está pasando?

Para nadie es un secreto que la ciudad contaba con un abandono casi total de sus vías, el crecimiento desmedido del parque automotor y la expansión urbanística agravaron la situación. Huecos históricos en la malla vial, nula política de prevención de la accidentalidad, falta de señalización y carencia de semáforos fueron la herencia de administraciones que no terminaron su mandato o que fueron sinónimo de corrupción en la ciudad.

Sin embargo, debemos desarrollar una nueva concepción urbana amigable con el medio ambiente. Si densificamos la ciudad, las personas no tendrán que usar la motocicleta o el automóvil. Lo cual tendrá un impacto en la reducción del parque automotor y, por ende, de la accidentalidad vial. No necesitamos llenar de grandes vías la ciudad, sino racionalizar los escasos recursos económicos que tenemos en la terminación de las avenidas que hace mucho necesitamos, la señalización y el mantenimiento de nuestras calles.

A la vez, si ponemos nuestros esfuerzos en el uso de la bicicleta desde ahora, no tendremos los problemas que las urbes más grandes han tenido.  También, si desarrollamos un sistema de transporte público moderno y eficiente estaremos preservando recursos y vidas. En Vancouver el 65% de sus habitantes hacen sus recorridos a pie, y en Nueva York el 75% de sus habitantes no usan el automóvil porque no lo consideran necesario.

Al densificar una ciudad,  hay más acceso a ella, las distancias para ir a trabajar, buscar un servicio o comprar se reducen. Las periferias a donde las personas más humildes se ven obligadas a vivir, limitan aún más las oportunidades y generan procesos de vulnerabilidad. Por ello, al reducir las distancias se generan mejores condiciones sociales que permiten el ascenso social.  

Por eso, hoy en vísperas del día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico, consideramos que el mejor homenaje es pensarse una ciudad, donde los vehículos estén al servicio de las personas y no al revés. Priorizar una calidad de vida amigable con el medio ambiente, donde el peatón y la bicicleta jueguen un papel protagónico hacia el acceso igualitario a la ciudad. Eso es llevar a Cartago por la vía segura.

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